Paul Thomas Anderson

Paul Thomas Anderson es uno de los cineastas estadounidenses más relevantes de la actualidad. Tal vez, incluso, sea el miembro más destacado de su generación, aquella que se formó en la escuela del videocasete y que tiene en sus filas nombres como los de Quentin Tarantino, David Fincher o Richard Linklater. Con una filmografía conformada hasta la fecha por nueve largometrajes, el director californiano representa la continuación de la tradición cinematográfica de su país con clásicos modernos arraigados en la idiosincrasia norteamericana en los que ha sabido integrar sus aspiraciones autorales más personales.  

Defendiendo la supervivencia del formato 35mm, sus películas hacen gala de un dominio formal tras la cámara con historias pobladas por personajes complejos, generalmente autodestructivos, como el fascinante pero temible magnate petrolero Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) en Petróleo sangriento (2007) o el enigmático y alcohólico veterano de guerra Freddie Quell (Joaquin Phoenix) en The Master: Todo hombre necesita un guía (2012). A lo largo de su carrera ha incursionado en muchos temas y épocas, pero ocupan un lugar muy especial sus sinfonías corales: Juegos de placer (1997), en la que el director se sumergió en el mundo del cine pornográfico de finales de los años 70 y que realizó cuando tenía sólo 27 años; y aquella primera obra maestra en la que rápidamente se convirtió Magnolia (1999), protagonizada por un gran elenco liderado por Tom Cruise como un gurú del sexo y por la que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín. Tampoco se puede pasar por alto esa trilogía de filmes en los que el director se adentra en las distintas facetas del amor, desde su aspecto más romántico hasta el más destructivo: Embriagado de amor (2002), El hilo fantasma (2017) y su película más reciente, Licorice Pizza (2021).  

Para celebrar la carrera de Paul Thomas Anderson, la Cineteca Nacional se complace en presentar una retrospectiva de su obra como parte de Clásicos en Pantalla Grande. A partir del primer fin de semana de septiembre, todos los sábados y domingos se podrá disfrutar de cada una de sus películas empezando por su primer largometraje Sidney: Juego, prostitución y muerte, de 1996. 

Cineteca Nacional